Desde el césped todo se ve diferente. A pie de campo, un estadio impresiona y mucho. Con el visor de tu cámara tienes que capturar los momentos más importantes de un partido. Esa instantánea puede ser la portada de MARCA de mañana o estar en la web en ese mismo instante. No puedes descuidar ni un detalle. Todo ocurre en 360 grados y pasa muy rápido.

Muchos no se dan cuenta de tu presencia. Sin embargo, tienes que ser consciente que desde esa perspectiva o visión difundes un mensaje para transmitir sensaciones y emociones al espectador. Tienes que conseguir que esas historias en forma de imágenes perduren en las retinas de los lectores.

Víctor Mata, Katia González, Rodrigo Reyes, tres alumnos del Máster en Periodismo Deportivo, han realizado la cobertura como reporteros gráficos para MARCA de un partido de fútbol en el Santiago Bernabéu, el Vicente Calderón y el Coliseum Alfonso Pérez, respectivamente. Han vivido en primera persona una experiencia única con Beatriz Guzmán, fotógrafa del periódico desde hace más de 18 años y profesora del Máster.

“Saltan los equipos al terreno de juego a hacer el calentamiento previo. La grada se va llenando. Comenzamos a realizar los primeros disparos, con algo de duda al principio y después, ya con más confianza y soltura. El peso de la cámara es considerable y cuesta habituarse a ella”, recuerda Katia.

“Tener la capacidad de ser frío en el disparo como un francotirador de las jugadas más memorables, como una reacción veloz y la fácil lectura del partido, hacen que no te pierdas ni un sólo detalle”, comenta Rodrigo.

Empieza el partido. Hay que estar preparado para cualquier detalle. “Piitido inicial. Clic. Fuera de foco. Clic. No pillo al jugador. Clic. La jugada es muy lejana. Clic. ¡Se me ha ido el primer gol! Algo de mareo después del primer tiempo. Bea me dice que es normal, ya pasará. Mientras tanto sigo intentando habituarme a la cámara y a los aficionados que tenemos a nuestra espalda en donde se escucha, literalmente, de todo”, señala Katia.

“Como fotógrafos, teníamos que seguir el balón durante todo el encuentro. Ejerciendo de profesional, a pesar de mis colores merengues, el Madrid marca y mi dedo lanza instantáneas sin inmutarse, la alegría en esta ocasión va por dentro. Muchas veces he saltado celebrando el gol en el segundo anfiteatro, pero esta vez hay que guardar las composturas”, dice Víctor.

Han sido los primeros en llegar y también los últimos en irse. Las luces del estadio se apagan. “Guardamos los equipos y en medio del frío aire de enero nos vamos a casa después de haber vivido una experiencia única, emocionante e irrepetible. Hemos cumplido un sueño, un acercamiento al periodismo profesional que esperemos repetir pronto”, coinciden los tres.