El ex dirigente del sindicato polaco Solidaridad mantuvo un coloquio con estudiantes, entre ellos los del Máster de EL MUNDO, en el que valoró los retos del futuro de la profesión

CARLOS HIGUERAS CARRASCO

28/OCTUBRE/2022

El periodista Adam Michnik, reconocido con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades de este año, mantuvo este miércoles en la ciudad de Oviedo un coloquio con estudiantes de Periodismo, al que asistieron también los alumnos del Máster de EL MUNDO. El ex dirigente del sindicato polaco Solidaridad abarcó varios temas de actualidad, entre ellos la guerra de Ucrania y los retos del futuro del periodismo en una era digital marcada por las fake news y el surgimiento de nuevas alternativas de comunicación.

En una charla que tuvo lugar en el Parlamento de Asturias y que estuvo moderada por Carlos Franganillo, presentador del Telediario de TVE, Michnik quiso hacer valer el trabajo que llevó a cabo en su país junto a muchos compañeros. Conocido por su oposición al régimen comunista que se instaló en Varsovia tras la Segunda Guerra Mundial, el también historiador denunció el peligro que entraña el presidente ruso Vladimir Putin: “Hay que ayudar a Ucrania porque están en juego todos los valores democráticos de Occidente”.

Michnik, que en su etapa universitaria fue expulsado en varias ocasiones por su ferviente crítica al sistema socialista, animó a tener una prensa “contestataria”, al mismo tiempo que consideró que no hay “recetas mágicas” para realizar un periodismo “ideal”. Como prioridad, fijó mostrar al ciudadano una información veraz.

“Hay que ser realistas, peleemos por lo imposible”. Ése fue el lema, dijo, que guió su conducta para hacer frente al totalitarismo y que ejemplifica como nadie el valor, la tenacidad y el arrojo que le llevó a ser diputado en el Parlamento polaco y trabajar codo con codo con Lech Walesa, presidente de aquel país entre 1990 y 1995.

Preguntado al respecto por los asistentes al evento, el fundador del periódico Gazeta Wyborcza, denunció los peligros que conlleva el populismo -él fue uno de los 30 intelectuales que firmaron el manifiesto Europa en llamas– y afirmó que la principal amenaza actual es el nacionalismo. Pero sin olvidar el comunismo, aunque se mostró optimista con la oposición al régimen chino y no cesó en sus filípicas a Moscú. Toda una declaración de intenciones de un héroe de la libertad que sigue manteniéndose en pie en lo que es un ejemplo para todos nosotros. Un encuentro en el que los futuros periodistas que se forman en EL MUNDO tuvieron el privilegio de seguir de primera mano.