La moda es un sector de por sí innovador, en el que la aparición de Internet ha supuesto la plena transformación de la forma de negocio. La fuerte competencia existente, además, incrementa la necesidad de estar a la vanguardia respecto a las nuevas técnicas de comunicación y marketing.

 

  • E-commerce o tienda online: Durante los últimos años se ha registrado un fuerte incremento de compras a través de la Internet. El principal motivo es la facilidad que supone adquirir las prendas sin necesidad de acudir físicamente a la tienda ni hacer colas, así como con la comodidad que supone para el comprador el escaparate virtual. Respecto a esta tendencia, hemos de tener en cuenta el protagonismo de los smartphones como soporte para la compra. El desarrollo de una APP, por lo tanto, puede ser un factor diferenciador para el negocio.

 

  • Vídeomarketing: El contenido sigue siendo el rey de Internet. En este sentido, el vídeo es uno de los formatos que mejor funciona, tanto si el objetivo es el branding, como si lo que queremos es generar engagement. De nuevo, hemos de tener en cuenta que cada vez más reproducciones se generan a través de los teléfonos móviles.

 

  • Influencer Marketing: En el sector de la moda y la belleza siempre ha existido una estrecha relación entre las marcas y los personajes ‘in’ – referentes en cuanto a tendencias o estilismos. En el ámbito digital sucede exactamente lo mismo, sólo que esta vez trabajaremos con influencers. En este sentido cada vez es más valiosa la figura de los “microinfluencers” que, aunque cuentan con un menor número de seguidores, se dirigen a un público muy concreto que puede ser afín a nuestra marca.

 

  • Comunidad en redes sociales: Nos permiten formar una imagen de marca más personal y cercana. Además, permiten la comunicación bidireccional entre el cliente y la marca, que mejora la experiencia de compra online. Crear una comunidad implica hacer sentir al usuario que forma parte de la marca, identificándose con sus características. Instagram es, sin ninguna duda, la piedra angular cuando hablamos de social commerce.