En el sector de la moda, las agencias de análisis de tendencias desarrollan una labor esencial, pero la crisis del 2008 cambió su modelo. Aquellas agencias que no supieron responder a la inmediatez de internet cerraron sus puertas. Las únicas empresas de investigación de tendencias que consiguieron salir indemnes, e incluso fortalecidas de la crisis, fueron las que apostaron por ofrecer una información online modificada día tras día por sus equipos de coolhunters.
Hoy el consumidor es un experto informado y exigente. Al mismo tiempo, internet nos lleva a una realidad en la que prima la inmediatez. Los directivos de las empresas de moda lo tienen difícil cuando quieren anticiparse a las necesidades de sus clientes. ¿Qué puede pasar este invierno? ¿El próximo mes? ¿Mañana mismo? ¿Qué van a demandar mis clientes?.
Para anticiparse a esas tendencias las empresas compran los servicios de información online que facilitan tanto empresas especializadas (WGSN, Trendstop, Fashionsnoops, etc.) como amateurs (blogs de «fashionistas» y otros) que evolucionan con las exigencias del cliente y ofrecen un tipo de prestaciones más adaptado a la demanda. La clave ya no está en anticipar el futuro en base a unos análisis. La clave consiste en acercar los procesos de innovación o cambio de las empresas a la demanda real de sus clientes. No son predicciones, sino análisis de la demanda, apoyados en el Big Data.
Es así como la mayor parte de las grandes agencias de Trend Forecasting – WGSN (Worth Global Style Network, 1998, UK), PeclersParis (FR), Promostyl (FR) Nelly Rodi (FR) The Future Laboratory (UK), The Future Concept Lab (IT), entre otras- empiezan a ofrecer servicios de consulting de tendencias dirigidos a resolver el problema específico del cliente, por delante de los análisis globales.
Susana Patiño
Experta en coolhunting y colaboradora del London School of Fashion. Profesora del curso de Coolhunting y análisis de tendencias, del Telva & Yo Dona Studio.