Aunque en público la mayoría de los editores prefieren mantener un perfil bajo sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el mundo del libro, muchos de ellos, independientemente del tamaño, admiten en privado que estas tecnologías tendrán cada año más peso en el sector dado que “invadirán” múltiples procesos editoriales, antes de lo que sospechamos.

Hoy en día, la IA cada día se adentra más en procesos de traducción a diferentes idiomas, la gestión de derechos de autor para combatir la piratería, así como la corrección de textos. También cada día es más utilizada en el diseño de cubiertas, la producción de contenidos sonoros, y en algunas categorías, la inteligencia artificial está llegando hasta áreas creativas que hasta ahora pensábamos reservadas como características intrínsecas a los humanos: la creación de contenidos originales, en otras palabras, obras escritas y contadas por robots.

En la actualidad, la aplicación más común de la IA en sector editorial gira alrededor de la clasificación de contenidos (por ejemplo, usar el etiquetado de metadatos para mejorar la capacidad de descubrimiento del contenido de una editorial a través de los motores de recomendación de su página web). Otras aplicaciones comunes incluyen el uso de IA para identificar temáticas muy demandadas en redes sociales, identificar tendencias del mercado y apoyar los algoritmos de las plataformas de recomendación.

Específicamente en el mundo del audiolibro, en apenas 5 años, hemos visto cómo la inteligencia artificial se está “colando” en diferentes facetas de la cadena de valor desde la creación de contenidos originales o la producción de contenidos existentes con voces sintéticas hasta el diseño de cubiertas o materiales de marketing con el apoyo de robots. Gracias a los grandes avances en la evolución de la calidad de las voces sintéticas en español, que cada día se asemejan más a las voces humanas, han surgido diferentes plataformas de producción sonora  que ofrecer a las editoriales la posibilidad de transformar sus libros en formato de audio con voces sintéticas de alta calidad.

Las voces artificiales permitirán a las editoriales producir más audiolibros y podcasts a un costo más competitivo, así como satisfacer las necesidades de escucha de categorías como no ficción, ensayos, contenidos infantiles, historia, biografías, documentales, etc.  que difícilmente podrían ver la luz en formato de audio con voces humanas, debido a su largo periodo de retorno de la inversión.  En este contexto, las voces de IA no deben percibirse como una amenaza para los narradores profesionales porque esta tecnología se utilizará para crear contenido de audio que de otro modo nunca se habría grabado.  Sin embargo, lo que sí que será muy posible es que en un futuro muy próximo veamos un mensaje en las cubiertas de los audiolibros indicando «grabado con voz humana» para resaltar su valor agregado.

Ante los impresionantes avances de la inteligencia artificial en cuanto a la creación original de historias y narraciones de todo tipo de géneros, encontramos todo tipo de posturas entre los profesionales del mundo del libro. En un principio los autores, agentes y editores no veían con malos ojos la aparición de plataformas que ofrecían a los autores “humanos” tecnologías para mejorar sus propios textos. Estos “robots”, tras examinar (leer) los manuscritos, proporcionaban a los autores una retroalimentación de sus textos que iba desde la estructura de la trama, el ritmo de la historia, los rasgos de personalidad de los personajes principales, posibles clichés, lenguaje potencialmente ofensivo, frases repetitivas, datos de puntuación, uso repetido de adverbios y adjetivos, hasta el uso de la voz pasiva y posibles errores ortográficos.

Pero a medida que nuevas plataformas de IA son capaces de crear contenido original similar a los textos de un autor humano, todas las alarmas se han encendido en el mundo del libro. ¿Sustituirán los robots a los traductores y a los escritores?  ¿Quién es el autor de una novela escrita por una inteligencia artificial, los desarrolladores de tales softwares inteligentes o el propio programa/robot? En estos momentos hay más preguntas que respuestas. No podemos predecir el futuro, pero todo parece indicar que los robots no van a sustituir a los humanos en la realización de los diferentes oficios del mundo del libro, pero sí que vamos a cohabitar los humanos y los robots.

Y esta convivencia, lejos de asustarnos, ya que el ser humano siempre se pone en lo peor cuando imagina un futuro donde las máquinas tienen un papel predominante, lo que tiene que hacernos como profesionales del sector es incentivar nuestra curiosidad y las ganas de conocer cómo podemos utilizar la tecnología a nuestro favor, siempre dentro de parámetros éticos y sostenibles, para que nuestros contenidos sean mejor y lleguen a más gente que al fin y al cabo es lo que todos queremos.

Muchos editores (especialmente medianos e independientes) no tienen internamente la capacidad, ni los recursos o las habilidades para experimentar con tecnologías IA, por eso es esencial el apoyo de los gremios e instituciones culturales. Apoyos, por ejemplo, a la hora de organizar informes para medir el impacto de las tecnologías IA en el sector, crear subvenciones para que las editoriales puedan testar todo tipo de tecnologías, así como organizar y participar en másteres, cursos, seminarios y talleres para  que ningún profesional del mundo del libro se quede fuera de juego ante esta próxima transformación del sector.  La existencia o no de inteligencia artificial en su extensa acepción dentro de los procesos editoriales ya está generando ventajas competitivas entre las editoriales y para que esta brecha no se incremente de forma irremediable se hace necesario contar con un apoyo institucional para lograr generar competencias sectoriales.

 

Javier Celaya, socio-fundador Dosdoce.com y co-director académico del Máster en Gestión Editorial y Marketing Digital de la Escuela de Unidad Editorial ESUE