Para entenderlo mejor, storytelling es una expresión anglosajona que se traduce como contador de historias. Lo que viene siendo un buen narrador. ¿Por qué es necesario ser un buen storyteller para formar a otras personas en una empresa? Los motivos son muchos y variados, empezando por la forma de captar la atención del empleado hasta conseguir una conexión emocional que logre asimilar mejor la formación.
Retos de los formadores de una empresa
A la hora de formar a un grupo de trabajadores o compañeros, el formador puede encontrarse con muchos problemas.
Para empezar, no es lo mismo dirigirse a una persona que hacerlo a un grupo. Enfrentarse a una audiencia grande requiere un dominio realmente bueno de la comunicación. No solo eso, también poder captar su atención; y es que, seguramente, más de una vez hemos asistido a una presentación aburridísima de la que no se nos ha quedado absolutamente nada.
Ahí está el principal reto, retener la atención, atraer a los participantes y lograr que estén centrados en lo que estamos contando durante varias horas.
No es de extrañar que digan que saber contar historias es un arte; y es que no todo el mundo tiene esta capacidad. O por lo menos, no de una forma innata como otros.
Qué consigue un buen storyteller en una formación
Si buscamos ejemplos de lo que un buen contador de historias puede hacer en la formación de las empresas, podemos hablar del vínculo que es capaz de crear entre la audiencia y su propia persona. Suscitar emociones, generar empatía y, en resumen, hacer más atractiva la formación a la persona que la está recibiendo.
Con buenas herramientas de storytelling lograremos que el aprendizaje de las personas que acuden a la formación sea mucho más profundo. Esto tiene que ver precisamente porque la atención es más constante. Cuando estamos atentos, captamos mejor las ideas y las memorizamos con mayor facilidad.
Un buen storyteller, gracias a sus dotes comunicativas, será capaz también de provocar episodios de pensamiento crítico y creatividad en cada uno de los asistentes a la formación. Los participantes podrán contrastar lo que el formador cuenta con sus vivencias e incluso con sus creencias personales.
Si logramos que la gente esté más concentrada, más atenta y más receptiva, indudablemente también lograremos que la formación sea mucho más participativa. Esto puede ser muy beneficioso, tanto para los empleados como para el formador, pues se pueden llegar a compartir diferentes puntos de vista y experiencias, algo que enriquezca a todos los asistentes.
Claves para hacer presentaciones que capten la atención
Primero que todo, hay que decir que un formador también puede formarse en estas habilidades comunicativas. Hay cursos que se dedican exclusivamente a este tipo de temas y que pueden terminar de perfilar la figura de un buen formador de grupos. Aun así, podemos hablar de algunas claves o pasos que podríamos tener en cuenta para poder captar la atención de los oyentes fácilmente.
Para empezar, la sinceridad y la honestidad deben estar siempre presentes. A la hora de emitir un punto de vista propio, debemos ser siempre sinceros y honestos para lograr conectar con las emociones de nuestra audiencia.
Una buena forma de iniciar una formación sería, por ejemplo, crear una pregunta dramática para generar una tensión inicial. Una pregunta que sea el hilo conductor de la presentación y que se pueda resolver fácilmente al final.
Evidentemente, para narrar bien y lograr la atención de los asistentes, será completamente necesario aprender a modular bien la voz. Es la herramienta más potente a la hora de impartir una formación. Modula siempre tu voz dependiendo de lo que estés contando en cada momento. No hay nada que haga perder tanto la concentración como la monotonía o un tono lineal en todo momento.
Contar una historia no significa que nos extendamos más de la cuenta. La concisión es clave para poder dejar claros ciertos conceptos. Es más, la economía narrativa es una de las claves más importantes a la hora de hacer una presentación delante de una gran audiencia.
Intenta que el discurso no sea tampoco lineal. Puedes, por ejemplo, crear un ritmo diferente que suba y baje a lo largo de la formación. Podrías incluso hacer uso de música o efectos de sonido para poder añadir una atmósfera que definitivamente enganche a los empleados que acuden a la formación.
Hacer del empleado un buen storyteller
Ser un storyteller nos va a permitir, además, conseguir convertirnos en la inspiración de las personas que acuden a la formación. Esto es realmente importante; y es que, en general, en los grupos de trabajo hay carencias en las dotes de comunicación.
Son muchas las empresas que aseguran que tienen un buen equipo, pero que no logran comunicarse bien, ni atraer nuevos clientes o que pierden rápidamente la motivación. Si crees que necesitas ayuda para potenciar la comunicación entre empleados y entre empleados y clientes, las formaciones In Company de ESUE son lo que necesitas. ¡Te ayudamos!